¿Se equivocó Darwin?
Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle
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Padre Hugo Tagle
Así pareciera sugerirlo un nuevo estudio sobre las características de las bacterias, según el cual la “supervivencia del más cooperativo” supera a la “supervivencia del más fuerte”.
Bueno, no contradice tanto al gran científico inglés, a quien se le endosa la segunda de estas ideas. Darwin afirmaba más bien: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco el más inteligente. Es aquel que es más adaptable al cambio”. Y el comportamiento de las bacterias según este reciente estudio de la Universidad de Copenhague parece darle la razón.
En la mentalidad darwiniana clásica, explica uno de los investigadores, la competencia es el nombre del juego. “Los más adecuados sobreviven y superan a los menos adecuados. Sin embargo, cuando se trata de microorganismos como bacterias, nuestros hallazgos revelan que los más cooperativos sobreviven”, señala.
Una buena metáfora para el trabajo colaborativo que, se comprueba día a día, trae más beneficios que pérdidas. La verdadera ganancia no es a costa del otro o del resto, sino con el otro. Lo vemos en los buenos negocios. El mejor será aquel en que todos los implicados queden satisfechos. Supondrá ceder quizá en legítimas pretensiones, pero finalmente el bien alcanzado será mejor que la ganancia individual.
La expresión tan relamida de “win-win situation”, en que todos ganan, es tan antiguo como el hilo negro. Lo saben los buenos emprendedores y empresarios: la mejor propaganda será un cliente satisfecho y la forma de asegurarse futuros negocios. Fidelizar a los clientes es hacerlos, de alguna forma, socios en el boliche y no competidores.
En efecto, quien trabaja conmigo no puede ser un competidor. Hay que hacerlo socio. Se atribuye a Richard Branson la frase: “Si cuidas a tus empleados, ellos cuidarán de tus clientes”. Exacto. Quien trabaja conmigo no es adversario. Es parte del proyecto.
Así lo experimentamos en las políticas públicas para combatir el cambio climático, el aumento de la temperatura, la crisis hídrica. Solo esfuerzos mancomunados lograrán el éxito. Aplaudimos las iniciativas privadas, pero sólo una acción de conjunto logrará un éxito global. En la cooperación, como en las bacterias, está la clave de la sobrevivencia.
No se trata de apelar a una suerte de “magnanimidad” generosa o “sacrificio” individual. El mejor salud y educación; mejor distribución de la riqueza, acceso a bienes y servicios, redunda en bien de todos. La naturaleza es sabia: Una sociedad más colaborativa, es una sociedad más justa y en paz.